Bahía Blanca, la ciencia y un ejemplo de vida

Resumen

Observarán los lectores que en este número se incluyen una carta y un trabajo que no observan todas las formalidades exigidas por el reglamento de publicaciones de la revista. Hemos hecho una excepción en homenaje a un colega nacido en nuestra ciudad (más precisamente en Ingeniero White, lo que no cambia la cosa), y cuya trayectoria personal y médica es un ejemplo de vida.

No es la primera vez, y seguramente no será la última, que Bahía Blanca es cuna de personalidades científicas de relevancia nacional e internacional. En mi opinión, el caso del Dr. Miguel Jörg tiene una relevancia especial y por ello invito a los médicos bahienses a leer algunos aspectos de su biografía publicados en el número 225 de la revista Todo es Historia de enero de 1985. Se revela allí claramente la personalidad de un argentino de ley, de noble cuño, al viejo estilo que una vez intentó ser el distintivo de nuestra nacionalidad: observen ustedes su amplia cultura, su compromiso genuino con los problemas sanitarios argentinos demostrado fehacientemente por años de trabajo en lugares inhóspitos, su desinterés por el dinero y la figuración, su humildad, su paciente y constante dedicación a pesar de la falta de medios.

Albert Schweitzer decía que el médico debe ayudar a sus semejantes y hablar poco. En el actual desierto de palabras que nos envuelve, es regocijante ver semejante demostración de estos nobles principios y nada menos que en un conciudadano que una vez fue convecino.