La Hormona Natriurética y la Insuficiencia Renal

Resumen

En el hombre la excreción renal de sal es regulada con la suficiente precisión como para que el retorno de la misma al medio ambiente sea igual a su incorporación al organismo, independientemente de la tasa de ingestión diaria que puede variar desde 6 meq/día a más de 800 meq/día, permitiendo mantener el equilibrio hidrosalino del individuo durante toda la vida.

Hasta hace diez años los fisiólogos renales creían que la excreción renal de sodio estaba gobernada por dos factores: variación del índice de filtrado glomerular y cambios en la concentración de hormonas mineralocorticoides. En 1961 Wardener demostró que los perros presentaban una respuesta natriurética ante la expansión del volumen del líquido extracelular, a pesar de haberse mantenido invariable el índice de filtración glomerular y la actividad mineralocorticoides. A partir de estas experiencias se generó la noción de la existencia de un tercer factor involucrado en la excreción de sodio.

En 1964 Jamieson y Palade publicaron sus estudios sobre las características morfológicas de unos gránulos específicos ubicados en las fibras musculares atriales cardíacas. Al mismo tiempo fue postulada la hipótesis de que el atrio intervenía en la regulación del volumen extracelular y diferentes líneas de trabajo expusieron la posible existencia de una hormona natriurética. Quince años después De Bold demostró que administrando extracto atrial en bolo por vía endovenosa se verificaba una brusca diuresis, natriuresis y disminución de la tensión arterial.